lunes, 30 de agosto de 2010

QUE TIRE LA PRIMERA PIEDRA…

Para Luis, por existir...por su lucha para ser...


Soy católica y creo en Dios, pero dudo mucho que Él hubiese deseado una Iglesia como la de hoy en día.
Las instituciones son constructos abstractos que encierran un ideal y responden a necesidades sociales, no obstante aquéllos que las conformamos las tergiversamos la mayoría de las veces, generando algo retorcido.

La posición que ha tomado la Iglesia católica con respecto a los derechos homosexuales me ha dejado indignada, diría que atónita. Me parece que el principio "Dios es amor" ha dejado de funcionar en los argumentos de la Iglesia, o más bien, funciona tendenciosamente.

Soy progay, y aunque no lo fuera, es una cuestión básica de respeto, no sé y nunca he entendido por qué los homosexuales (y las minorías en general) tienen que luchar por derechos que son inherentes a todos los seres humanos, sin embargo, ellos se han visto en la necesidad de hacerlo y poco a poco van logrando avances que benefician a la sociedad entera.

Lo interesante es la actitud de la Iglesia al respecto, al enunciar que esta apertura ocasiona más daño a la sociedad que el mismo narco... ¡Qué atrevimiento!!!!!!! ¿Qué pasa con los ultrajes cometidos a la humanidad en nombre de Dios y de la iglesia?, más específicamente ¿qué hará con los innumerables sacerdotes que han abusado sexualmente de mujeres, niñas y niños en todo el mundo? ¿Los que violaron a los menores varones además de ser considerados violadores también serán considerados homosexuales? (ellos sí deberían de ser excomulgados), tengo una palabra para denominarlos pero no he llegado a la vileza de expresarla, ciertamente seres humanos ya no son.

En fin que me provoca risa, pero nerviosa... ¿cómo es posible que haga tales declaraciones una institución que encubrió por décadas la pederastia en el ámbito eclesiástico?, que hasta la fecha sigue defendiendo a los perpetradores de tan aberrante acto y divagando sobre las medidas a tomar contra el problema. ¿Cómo piensa que lastima a la humanidad una iglesia enferma de poder, corrompida por las peores tentaciones, enjuiciadora a conveniencia, que violenta las mentes con mentiras, y violenta los cuerpos con sus líderes? Su crítica, la vergüenza, la indignación... debería ser hacia ella misma, por lo que ha permitido, por aquello en lo que se ha convertido...

La homosexualidad no es ni será nunca como la pederastia de los sacerdotes así como Dios no es ni será nunca como esta iglesia.


WENDY CECILIANO

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